Había silencio,
había nostalgia,
había amargura
sobre el corazón.
Habían preguntas,
no habían respuestas
solo habían llantos
de desesperación.
Cayeron los días
compases de espera,
cayó la esperanza
se rompió el amor.
Vinieron más llantos
vinieron los miedos,
llegó la tristeza
y en mí, anidó.
Los ojos marchitos
de llover inviernos,
se volvieron ríos
de tanto llorar.
Se volvieron nubes
de un invierno frío,
se precipitaron
sobre mi dolor.
Pero el tiempo sabio
y en tenaz porfía,
aplacó los llantos
trajo un nuevo sol.
Y hoy, espero en calma
una nueva aurora,
donde hubo llanto
nacerá una flor.