Tiempo es el día de hoy,
que junto a los ecos del monte
la intermitente luz
de una luciérnaga
que se encubre
Bajo la floral
luna umbría,
destellando el
desvelo del deseo
que aliviaría la
hembra escondida.
Aquella, que revolotea
bajo el follaje del árbol,
Por encima del vino
de las hojas,
filtradas por aquel
verano lejano.
Dulzura del fulgurar
de aquel macho
que se pierde,
en la soledad del
bosque escondido,
junto al arroyo que fluye
el remolino humedeció.
La hembra y el macho,
Unidos por el
frotar de su relieve.
Ah fluvial amor afligido…
Se aman en la noche,
Vigilados por la
gota que cuelga
En la bella flor ardiente,
de aquella orquídea durmiente
Que ahora es ceniza,
tras el manto
de fuego infernal,
Que cubre aquel pastal,
Llevando consigo
todo el amor perdido enceniza.