De la mano recorrimos valles, praderas y riachos
en barrancas tropezamos, de caida vertical y obtusa...
Juntos pintamos los paisajes cotidianos
y en la cueva tu y yo fuímos construyendo
la guarida, compartiendo mi cielo en tu pecho...
Di mi sangre, voz y duelo, en remolinos de tu vía,
siempre a tu lado, sin despedida...
En mí, el cielo un día derramó en torrenciales
tornando suelos y portales en planos desolados... perdida...
A los océanos miré, en las playas, vergeles, caminos,
cordilleras te busqué, alzando mano, en frenéticos dedos
tu palma buscando... irremediablemente, en vano...
¿A dónde desapareciste?
¿Por qué de mi rúa huíste?
El cielo en pedazos aún levantando
y de ti ni una señal ni rastro divisando...
Un hueco mi alma invadió, mas la luz
Angelical apareció, y con sus alas
mi guardián me rescató...
Mi terrenal apoyo fraternal nunca llegó...
¿A dónde fuíste, amigo... me has olvidado?
Deseo que bien estés... sano... sin daño...
Copyright© 2013 Rocío Vega-Ponce