A Milagros, ingeniera de sueños
La Navidad, alma mía,
Magnifica mi tristeza
A pesar de su belleza
Y a pesar de su alegría.
¿Será acaso que ese día,
Lleno de amor y terneza,
Recuerdo que la pobreza
Es puñal que en agonía
Mantienen constantemente
A muchos niños del mundo
Que padecen hambre y frío?
Es verdad que pobremente
Nació Jesús el facundo.
El Redentor tuyo y mío
Ilustración: Briceida de Rodulfo