Un día cualquiera
Noches enteras de sufrir
Vi todo perdido y en la vida me rendí
Un día cualquiera
Ocaso sin igual
Vi a mi costado una belleza sin igual
De rizos cabellos y mirada fúnebre
Que te apoda: Encantadora fulminante
De manos suaves, pequeñas a la vez
De carácter dulce y de pasiones por nacer...
Te vi a ti, tan dulce tan andante
Como el Sol que no se apaga ni por la noche.
Eras tú, disfrazada de arcoíris
De sonrisa sincera y carácter bélico-maravilloso
Eras tú, por quien pasaban los días
Veía tu mirada y en ella me perdía
Porque al ver tus ojos
En ellos veía un paraíso donde todo es vida
En ellos veía la belleza de tu alma
Que por fuera siempre de admirar sería.
Y eres tú, que al ver tu mirada
Vuelo y me congelo por lo bello de tus ojos
Por lo fulminante de tu sonrisa
Por lo petrificante de tus pupilas...
Hoy en día te digo dueña de este poema
Que dentro de mí algo nace
Como las flores en primavera
Como la vida en el mar
Algo nace dentro
Donde mi corazón
Te quiere un montón.