Vienes a mí, una vez más pidiéndome
que te asista en salvar este amor,
porque tú crees que está moribundo.
Sabes, yo ya le tomé los signos vitales
y lamento ser quien te dé esta noticia,
pero estamos mirando a un difunto.
Está tan gris y tan rígido que ya no podría
tan siquiera cambiarlo de pose al momento,
para decir que murió de algo más
que no fueran dos mil desencuentros.
Hace tiempo que las paredes de mi corazón
se esforzaban arduamente por bombearlo
pero ya no fluía más que el sabor
de unos cuantos desengaños.
Mira el azul de sus manos,
ya no se daban como antes.
Habían perdido el deseo de
regalarte abriles y acariciarte.
Mejor lo llevamos al panteón
y celebramos unas bonitas exequias.
Es lo ideal para el bienestar de los dos,
lograr vivir nuestras vidas sin disfraces, ni caretas.
Démonos el abrazo y las condolencias sentidas.
Dejemos atrás, de una vez, la negación
y que cada quien viva su pérdida.
Que sea tranquila nuestra despedida,
y como siempre tienes mis mejores deseos.
Que el adiós sea para ti y para mí,
la pauta para nuevos comienzos.
Este amor no se lláma Lázaro,
si acaso Villa, por ser un poco caudillo.
Sin embargo, aceptémoslo hoy por fin,
es mejor encarar un entierro
que desperdiciar la vida arrastrando
el cuerpo de un amor ya muerto.
Mis Sentimientos
Canción: \"La Muerte\" - Monsieur Periné