Somos un trámite fecundo para los vacios;
Los vacios de preguntas, de respuestas.
Desocupados, de cauces de alientos;
Manos cálidas a un vergel llamado día…
Somos el cráneo de los vacantes sin brío;
los vacantes de gallardías apuestas, puestas.
Desiertos de medias tintas, de estremecimientos,
eriales sin destinos, ni metas…sin dicha.
Somos la herramienta de los huecos fríos
que nos congelan los sueldos y las maneras,
de esos y aquellos que nos atan a sus asientos
y nos someten a las órdenes… de sus filosofías.
Somos los androides de los vanos salidos
que con el índice y el del medio demuestran
que sus arquetas son para enterrar a los muertos
mientras engordan sus cuellos de fantasías.
Somos, números para los frívolos sin sino,
Lacayos para sus resacas de fiestas y siestas…
Un signo, una preposición, quizás un momento,
Que se borra, se reescribe, se tacha en las agonías.
Somos nada, dicen los necios caídos
Antonia Ceada Acevedo©