La Sacristía
Algún día me hospedaré en La Sacristía
Bajo un dosel de sábanas blancas
En una noche donde el Poniente y el Levante
No hagan de las suyas
Tarifa quedará inerte, sin viento
Sólo suspiros pero sin lamentos
Un ir y venir de olas del mar a la alcoba
No habrá aire, ni tiempo, ni ganas
De abandonar la posada
Y cuando entre el primer rayo de luz de la mañana
Será todo prohibido
Y volverán las olas a su sitio
Las banderas ondearán con el viento
Y el pueblo antes deshabitado
Llenará sus calles de gente
Mientras en aquella bonita pensión
Y sin haber dormido
Nuestro sueño quedará cumplido.
Carmelo V.