Te nombro, mientras tu nombre rehúye mi grito,
entonces lo cubro de rosas y lo engalano,
lo visto de fiesta, y lo amo con un amor sano
hasta morir ciego de letras aislando mito.
Cada vez que pronuncio tu nombre hallo merito
las paredes me hablan mientras te pinta mi mano,
las estrellas claudican su lejanía arcano
sí, mis manos son los que te crearon bendito.
Te nombro y tu nombres es el nardo que florece,
se hace llena tu mejillas de rosa y apetece,
tu frente es nido de besos te acuno en regazo
y el azul de tus ojos me trapazan sin piedad,
en ellos nacen mariposas de felicidad
vuelan y se alojan en poema y mi retazo.