Yo me equivoqué cuando decidí
casarme contigo,
yo jamás pensé en este momento
en que llegaríamos a ser enemigos,
fue error de los dos porque sin amarnos
ansiábamos construir castillos
que se desplomaron al primer roce con el viento.
Esta tempestad no vira hacia atrás
ni tiene ojos en su centro,
está el sentimiento hecho añicos
el dolor lo arrastra, solo es un despojo
de una fantasía lastimada
que el paso del tiempo agrietaba
hasta este día cuando se volvió lodo.
Julio Medina
21 de diciembre del 2013