La soledad de esta luna
me grita mil reproches a la cara,
me reclama que ya no estés,
inunda mi rostro de amargos mares.
No existe lugar para esconderme,
ella siempre me encuentra,
en una foto, en un pensamiento…en una tarjeta.
Se cuela por las rendijas de mi corazón
y me exige cuentas,
me siento tan indefensa ante la soledad de esta luna,
pero no estás ya para salvarme de ella
y no me queda más que armar un collage de recuerdos
para hacer un abrigo que tal vez me esconda,
aunque sea por un momento, de esta luna necia,
que me sigue preguntando: ¿por qué no estás aquí?
AUTOR: Beatriz Contreras Encarnación