Descanso en su cama de harapos grises,
Mirando a la ventana, mirada perdida,
Buscando entre los cristales de ella, un rayito de sol,
Que ilumine las nubes negras de su invierno sempiterno.
Solo quería volar…
Su vida se le había escapado de las manos,
Envuelto en un mundo de ilusiones falsas,
Atrapado en un universo adverso de lágrimas y oscuridad,
Donde la tristeza y soledad se volvieron sus compañeras.
Solo quería escapar…
En su mesa tabaco, ron y algo más,
El polvo de la alegría que lo volvía un héroe,
Más allá de sus convicciones y aspiraciones,
Realmente lo volvía un títere en sus manos.
Solo quería libertad…
Cansado y lleno de días, escarbaba en su mente,
Algún recuerdo vago que lo inspire a ser alguien más.
Volaba cada noche en un rincón de su alcoba, lleno de frío,
Lleno de alegrías insípidas y sueños frustrados a la luz del bombillo.
Solo quería reír…
Toda una vida llena de harapos, ilusiones falsas,
De tabaco, de amores rotos, de pesadillas reales,
De sueños a medias, de fracasos enteros y de tantas cosas más.
Lo llevaron al lecho de dolor, al grito desesperado,
Ese grito que nadie escuchó, o tal vez que todos ignoraron;
Panteón que esperaba su regreso, con un frío abrazo,
Que carcomió su alma y deshidrato sus ansias de vivir.
Solo quería vivir…