Nhylath

Hoy... sin alegrías!

Observando tras mi ventanal

el hermoso dilúculo matutino

que se dibuja en el espacio de las nubes,

siento mi mente en blanco,

rechazando pensamientos de alegrías...

¿de alegrías?... pero si no las hay!...

Tú te las llevaste un veintidos de diciembre

en vísperas de Navidad!...

y hoy, ausentes están, no se sienten!


En este amanecer.

no se ha dibujado en el rostro

ni un hilo de mi sonrisa

ni señales de euforias

sólo tú, Martín,

permaneces en mis pensamientos!


Veintidos de diciembre,

a siete años de tu ausencia temporal,

aún no existen motivos de algazaras,

porque mi corazón no tiene fuerzas suficientes

para impulsar las energías

que generan momentos alegrosos!...


Y llegó el atardecer

ocultándose el sol en el poniente,

despidiéndose del día,

dejando en el firmamento

bellas estelas crepusculares de mil colores,

para darle paso a la luna y a las estrellas

que iluminarán la noche oscura y silenciosa...

y entre el espacio de la luz matutina

y las estrellas refulgentes de la noche,

mi mente sigue en blanco

con un saudadoso corazón... por tu ausencia!


Nhylath...