Caminaba con talega, paz y huella
inhalando los aromas de los prados
en mi faz, frente caricia mañanera
vientecillo, mi camino refrescando.
Una luz cegó mis niñas con su estela
tropecé y perdí el rumbo de mi hado
no contuve los latidos, con su fuerza
me acercaban a su viso, novel halo.
Las ideas, mente en franca enredadera,
mariposas van danzando, sin reparo
poco a poco a gravedad ceden las piernas
Y mi mundo en mil colores va pintando
encendiendo en mi pecho como hoguera
¡ígneas chispas de latido inesperado!
Copyright© 2013 Rocío Vega-Ponce