Pasaron los días y seguía caminando bajo la noche obscura, pasaron las horas tan llenas de recuerdos que me envolví en ellas y me ahogue en los mismos. Pasaron tan aprisa que poco a poco tu rostro guardo en mi mente una sonrisa tibia de antaño que propago alegría en un tierno gesto.
Pasaron tantas cosas que muy lentamente fui perdiendo mis sentidos y en una veloz llama de alegría llegaste a mi alma. Me enamore de ti sin siquiera conocerte, como la noche, como el día, como un despertar, como el verano. Fuiste un sueño literario, un gesto de pasión desenfrenada, un claro camino de cariño tonto, un singular desliz del cuerpo, una topografía de recuerdos.