Antes de tu voz,
mis manos húmedas,
es como si el agua junto
a mi cuerpo me desnudara,
como si los nombres de la luna
y el sol dejaran sus armaduras,
y la lluvia se balanceara en mis
ventanas con un mensaje conocido.
Antes de ti, el viento,
como si de mí fluyeran los sueños
de tantos lirios y pies descalzos,
de mis bordes, las palabras que mi sangre vierte,
de mi pausa de pensarte,
el silencio de un corazón que vibra de amor,
si por vibrar, la marea que se hace arcoiris
y sorbe poco a poco el ocaso de los días,
y este hombre que se abate con su pluma,
y esta ternura que se acuerda de mí, inclinado en ti.
Antes de tu boca,
una brisa navegando entre suspiros,
¡si he de amarte bien, al menos que sea permanente!,
que después de conocerte tu mirada no me sea suficiente,
¡tengo la edad de mi pecho!,
¡soy dueño del primer secreto que asomó mudo ante ti!,
soy el tiempo de llamarte,
el regazo que crece,
el atento a los gemidos,
esa raíz de raíces en verbo,
las noches en que mi voluntad te nombra y te nombra y te nombra.
Este día de hoy me apresura,
en mi cama conviven los afuera de mí y las
hojas de los árboles,
y se alborotan las formas,
y los espejos no reflejan, y todo gira,
gira la penumbra que rocía al poeta volviéndolo pájaro,
giran los rasgos de las estrellas que descienden,
giran las barcas que diluvian,
giran los brazos preguntando
¿quién eres?
El roce del amor me roba,
no temo arrojarme,
los amantes somos como la espuma del mar,
nos enredamos como tiniebla,
nos sugerimos la medianoche punzante,
somos lo mismo, la belleza y la oscuridad,
los labios del amor y la locura,
¡sé mis metáforas!,
el amor siempre perdura.
T de S
MRGC
Namaste