Héctor(micorazón)

Tu palabra

Tu palabra mi Señor,

cuanto bien en ella hallo

que con el cantar del gallo

yo la leo con fervor.

tienes tanto buen humor,

que sonrío al leerte

y también he de temerte

sobre todo lo sagrado

pues sentencias al pecado

y al humilde lo conviertes.

 

Ella es el manantial,

y en su rico caudal

se refresca y reverdece

toda planta que allí crece

 

Su agua pura refrescante,

la que busca el caminante,

para el camino seguir.

nunca deja de fluir.

 

En sus aguas hay virtud,

rica vida y en salud,

quién la beba vivirá,

y ella le deleitará.

 

Ella pan es alimento,

que da fuerza y sustento,

toma de ella tú porción,

y alimenta el corazón.

 

Cuando pares el desierto,

y parezca todo incierto,

cuando ya se desfallece,

reanima y fortalece.

 

Ella es dulce en tu boca,

tanto que más te provoca,

porque son una delicia,

su verdad y su justicia.

 

Ella lámpara que alumbra,

el camino en la penumbra,

guarda al pie de tropezar,

y agudiza tu mirar.

 

Del oriente hasta el sur,

agua salió a inundar,

desde el cielo descendido,

el pan tan apetecido.