Murialdo Chicaiza

SOLEDAD

Soledad, tímida amiga de mi conciencia

contradicción profunda de palabra

discurres en mil ecos la inocencia

en mi vivir compañía macabra.

 

Santidad perenne y triste dama

por momentos te alejas, y otros llegas

si me opongo y te olvido, me reclamas

no escuchas, no compadeces, eres ciega.

 

Testigo tu eres de obras ocultas

presencia callada de tiempos perdidos

tu voz silenciosa que suena que insulta

que vibra y espanta mis tristes oídos.

 

Sentía tu llegada aquel día

en el que con nadie me hallaba

dibujaste en mis ojos la melodía

como espejismo que siempre esperaba.