Vibran mis ojos
al entrar al edén de tu mirada cautivante,
embrigándose
con la esencia soñadora,
despedida por la pupilas tuyas.
Nuestras bocas,
aglutinadas en inmenso arrumaco,
aceleran codicias,
de merodear por tus encantos.
Cual bagabundo
rondando sobre alfombra
de tus pétalos.
Los abrazos de cada noche aguardan,
sutiles malicias y señales
esperando respuestas
sensuales.
bambam