FELINA

CON DESTELLOS DORADOS, DESDE EL ALMA

Bajo un cielo de nubes opalinas,

un invierno con luces blanquecinas,

una noche de luciérnagas dormidas,

el murmullo que en los árboles se oía,

de la hojarasca, que la ventisca movía.

 

Una luna, que en los cerros escondida,

desde allí observaba, que el crepúsculo nacía,

de repente se interrumpió el silencio…

de la noche brumosa y sombría.

 

Unos pasos mistriosos escuchaba,

muy despacio, muy despacio, se acercaban

y una ráfaga de luz, se reflejaba,

sobre el cristal azuloso de mi ventana.

 

Era una luz intermitente…

igual  a la estrella del oriente,

eran esos ojos color ámbar,

los ojos que se clavaron en mi mente.

 

Con destellos dorados, desde el alma,

refulgían sobre la oscuridad,

en esa noche fría de Noviembre,

llegaste a entibiar mi soledad.

Felina