El, la amaba con locura y ella, solamente lo quería con amor.
Encontrarla por primera vez después de tiempo, no es lo que uno sueña.
Fue tan solo un instante, un pequeño momento en tiempo real, que no existieron versos, ni siquiera palabras para saludar.
A cambio de eso hubo un intercambio, un afecto de cortesía reciproco, mutuo, una mirada no tenue, no fija, si no desvanecente a cada paso, hasta volver a la nada.
Pero por lo menos uno se dio cuenta de que ella ya no existía y de que él, al igual que esa mirada, solo era cenizas que aún no habían tomado vuelo.
Bajo la sombra de la luna. 19/12/13