Mi corazón es viajero,
como el ave peregrina.
Sin rumbo, sin destino,
con todo su albedrío.
Mi corazón no se guarda
tras fuertes murallas,
ni se construye con muros
privados de libertad.
Solo alza el vuelo,
en busca de un lugar
en el que la risa diaria
sea el paraíso terrenal.
Mi corazón no alberga dudas
con la entrega al amado.
No enjaula, ni llora.
Solo busca con su maleta
poder seguir el camino
y un día hallar su destino.