Tiempo de nostalgia al carecer del ser amado,
más de regocijo al dulcificarle en el recuerdo,
de vencer el mal del mundo en un abrazo
y sellar con sonrisa la fuerza del perdón.
No brilla el oro como resplandece el amor,
y no tiene fuerza el rencor como el frío
en una noche de luz, razón y estrellas,
un campo blanquecino para el sentir,
una línea misma para todo corazón.
Nieve en todo derredor, emula de la paz,
voz de canto para la razón,
el mundo no es más bello en su momento
que este, donde triunfa la paz.
Justo entonces, unidos realidad y sueño,
viajan en fantasioso conducto
y en el exisitir agoniza la trsiteza
cuando renace el poder de Navidad.