¿Por qué en otoño tu piel mi pecho no cubrió?
¿Por qué mis rosas no florecieron en tu habitación?
¿Por qué mis melodías no danzaron en tu salón?
¿Por qué mi verso dulce tu paladar no enmeló?
¿Por qué mi caricia a tu faz no estremeció?
¿Por qué en mi pecho sigues, imprudente y sin pudor?
¿Por qué mis auroras aún perfumas con tu olor?
¿Por qué a mis pensamientos te embrollas sin compasión?
¿Por qué saber quisiera el paradero de tu voz?
¿Por qué en mi camino tu latir se atravezó?
¿Por qué aún me sigo preguntando necedades sin razón?
Copyright© 2013 Rocío Vega-Ponce