El deseo nubla mi pensamiento,
lento, profundo, vil,
destroza el razonamiento
que una vez pude dar a mis acciones
no buenas y no malas
sino unas mas en los montones
de otras tantas desdichadas almas corruptas
que buscan incansablemente
no la salvacion y no el perdon
Sino un nuevo objetivo en su perdicion.
Me muevo por lo oscuro
animal enjaulado, bajo conjuro
de un hechido de avaricia sin igual
que hace tiempo mi ser
aceptó como deber
porque a otra cosa no se podia aferrar.
Solo, fiera ansiosa de pecado
camino hacia la muerte
Balanza en mano, negro corazón en la otra
Las puertas del infierno se abren