Nuestra historia comenzó
como historia de hadas,
en una cálida noche
de estrellas apagadas.
El despejado cielo
daba un oscuro azul,
caminando a mi lado
estuviste siempre tú.
Tomados de la mano
recorrimos el sendero,
mirándonos a los ojos
nos prometimos amor eterno.
Llegamos a tu puerta
grande y marrón,
Ahí te dije que eras la
dueña de mi corazón.
Me diste un beso y
juntos miramos el cielo,
paso una estrella fugaz
me dijiste, pide un deseo.
Te tome la manos y
te devolví la mirada,
Hoy junto a ti ya estoy
viviendo mi cuento de hadas.