¡Cuántas veces
te lo habré dicho:
\"Abre la puerta\"!...
Y tú hacías oídos sordos
a mi súplica.
Me respondías
que estaba ebrio
y que no abrirías...
hasta que no
estuviese sobrio.
Te lo pedía de buena manera.
Arrepentido en cada palabra,
por el estado en que llegaba...
pero tú fuiste inflexible...
diciéndome que estabas
harta de verme llegar
en estado de embriaguez...
Siempre has tenido razón.
Soy un adicto al alcohol,
un mal tipo, un atorrante,
un desalmado...,
como tú me llamas...
Pero tú no te enamoraste
de mí por todos
estos defectos.
Me dijiste
que sentiste amor
porque era un caballero
en todo el sentido
de la palabra...
Y ahora... opinas
todo lo contrario.
Te doy la razón.
No voy a negarlo.
Pero no vivo ebrio
todo el día.
Tan solo unas veces
a la semana.
\"Abre la puerta\"...
Muchas veces te lo suplico.
Y tú eres como eres.
Una mujer así, con MAYÚSCULAS.
Y yo un pobre tipo
que quisiera darme un baño,
para que se me pase
esta borrachera...
He tenido que ir
a dormir a casa
de mi hermano.
Mi cuñada tuvo la amabilidad
de soportarme, más
por su esposo
que por mí...
Ella siempre bien
me aconseja.
Pero cuando tomo
unas copas de más,
me olvido de sus consejos...
Mi lucidez ha de volver,
y te prometo
que esta vez, he de cumplir
con la promesa de mi palabra,
porque sabes que te amo,
como tú a mí...
Derechos reservados de autor( Hugo Emilio Ocanto -26/12/2013)