La brisa soplando
por la ventana se cuela
y apagó la vela
que habían colocado.
La brisa ha continuado
y volvió a apagar la vela
que prendió mi abuela
por mi tío Fernando.
Cerraron la ventana
con su cerradura
y la casa quedó oscura
y no se ve nada.
Prefiero la brisa
aunque la vela apague
así es más bonita
y fresca la tarde.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Maracaibo, Venezuela