Tu y yo tan solo somos dos almas confundidas
Que andaban buscando una oportunidad
Que ya dabamos por perdida.
Buscábamos una alegría que sanara nuestra herida
Una puerta abierta hacia una nueva vida.
Y una tarde de domingo
nuestras almas se cruzaron
Sin nosotros apenas darnos cuenta
Vimos esa puerta abierta
Que fue abierta con una llave de esperanza
Que dejaba atrás toda la desesperanza
Y victimas de nuestra juventud
Nos declaramos culpables de una nueva ilusión