EDUARDO FAUCHEUX

OTRA VUELTA MÁS...

OTRA VUELTA MÁS...

 

A medida que pasan los años,

a todos se nos acercan adioses...

El Padre Tiempo ejecuta sus daños

sin importarle en lo que creamos

ni quiénes son nuestros dioses.

Así se acercan las despedidas,

y se arriman fuertes dolores,

acelerándose aquellas partidas

de los que fueron nuestros amores.

Pero no desesperemos, querido amigo,

puesto que hay Justicia en el cosmos nuestro,

ya que de alguna forma me encontraré contigo

cuando, ambos, estemos junto a nuestro Maestro.

Si a pesar de esa esperanza, esto no sirve de consuelo,

que sirvan los buenos deseos como energía revitalizadora

para que toda ella que produzcamos, así, levante vuelo,

junto con nosotros, cuando sea que nos llegue la hora.

De raras maneras, los cariños y amores, van y vienen,

haciendo daño, secando lágrimas, curando espantos,

como tormentas de verano, que huracanes tienen

o brisas suaves que acarician tristes quebrantos.

Es así, que estas relaciones entre los humanos,

donde, a veces, las sufrimos, y otras las gozamos,

en tristezas o alegrías, risas o llantos, entre hermanos,

o entre amigos, no pueden perderse, ya que las pasamos,

por etéreos sitios, con nuestros quereres y nuestros lamentos,

y resulta ser que es imposible que estas energías que elevamos,

se pierdan porque ellas no pueden disolverse como nubes al viento

porque han dejado efectos inquebrantables entre quienes amamos,

o entre quienes no tuvimos buenas relaciones, por muchos motivos;

y ahora, que es cuando llega el tiempo de los balances y las partidas,

de algunos últimos abrazos y de tantos presentes que ya han partido,

a veces, nos encontramos felices o con las conciencias muy abatidas,

a causa de haber saldado cuentas o haber dejado algún enemigo,

en alguna causa noble o por una estupidez humana reconocida.

Así que, es ahora, muy preferible dar el abrazo o pedir perdón
ya que el mañana puede ser el hoy de nuestra partida
y podríamos quedar en deuda con el corazón,
deuda que lamentaremos, seguramente,
en la nueva vida que iniciaremos
más allá, lógicamente,
y, ahí, tendremos
un nuevo existir
para aprender
a cómo ser
y cómo
vivir.
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Eduardo Faucheux

26-12-2013