Héctor Arce Cavallini

NATIVE (Ella)

 

Ella inspira perversos deseos

y grandes alegrías.

 

Al mirarla como se mira una flor

una huella queda dibujada en la piel,

huella que transfiere la mente a su cuerpo

y hace que el corazón vibre por el suyo.

 

Las retinas se convierten en disco duro

donde se guardan tantas imágenes

como fotografías toman de ella los ojos de uno.

 

Ella es analogía de la Venus de Milo

sincronización completa de belleza esculpida en un rostro.

 

Es fascinación visual

locura desvelada de un sueño,

formas perfectas

que visten las curvas de su cuerpo.

 

Acaso son sus ojos negros, sesgados y maravillosos

la fuente que convierte el hechizo de su mirada

en múltiples pasiones.

 

Acaso es la estela de sus manos, alargadas y finas

 el conjuro que provoca estado de ingravidez por querer tenerla. 

 

Pero ella es como un rayo de luz,

inalcanzable, lejana

quizás porque hay flores que al querer tocarlas se marchitan

y los hombres no somos rocío para sus pétalos.

 

Hoy el cielo está azul,

las estrellas duermen al lado de la luna,

hoy el sol brilla con el color de ella.