El tiempo otoñal
dejó al búho nostálgico
y se puso a soñar
de modo automático.
Recordaba la primavera,
el invierno y el verano,
y lágrimas enteras
lo fueron bañando.
Para que más se entristezca
el vejo árbol donde se aloja
llenó al búho de hojas secas,
que son sus otoñales hojas.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Maracaibo, Venezuela