Cuando empiezan los blues de la muerte
se abren las maletas que guardan el olvido
las humedecen las lágrimas inertes
ya no hay vías ni estación, no se oye ruido.
Cuanto tiempo pasamos viendo tristes paisajes
ya fallecido el niño que antaño todos fuimos
cuantos días perdimos de la vida el viaje
que corto el tiempo que estuvimos unidos.
Aun así nos desbordan las dudas
amos rebobinando ese viaje
al ritmo frenético de película muda
antes de ser vestidos con el último traje.
Fotos en blanco y negro de bordes recortados
los abuelos, amigos, la familia en reunión
música de los Beatles, los deseos apagados
el traje de Almirante de aquella comunión.
Los blues te dicen que todo ha terminado
No hay en la boca besos, semen en el colchón
las garganta sedienta y vino peleón
que ya no sirven whisky en este panteón.
John, me dijo, no dudes siquiera
Que siempre te tendré presente
Le dije: yo también amigo ausente
pensé ; es solo una cuestión de espera
hasta que llegue la guadaña de mi muerte.