Tal vez en el ocaso
Te sientes junto al fuego...
Y pienso que, añorando
El tiempo que pasó,
Tu ser enamorado
Transido de recuerdos
Las flores del amor
Traerás junto a su lar.
Son flores renacidas,
Primicias del hogar
Que juntos construimos cada día,
El pálpito del tiempo
Que amando transitamos,
Los actos renovados
De nuestra mutua entrega compartida.
Yo sé que en el ocaso
Azul continuará
De este mi amor el fuego
Mientras me quede aliento.
El mismo que me nace
Quemándome la carne
Y tú me das.
Querida,
Cuando la nieve anuncie
El alba del final,
Y cuando el frío alcance
El sueño que soñamos,
Un hálito de fuego
Nacido de la entraña
Del tiempo que ahora es nuestro
nos seguirá abrigando.
De puertas y ventanas
Abierta la morada
La luz del nuevo día
Contemplaré tranquilo
Teniéndote a mi lado...
Y, dulces las mañanas
Del azulado invierno
Que en ti será benigno,
Sentado junto al fuego
Contemplaré pasar.