Hay de aquella noche solitaria en la que la pluma yace al diapason del frio y la mano tremula del poeta solitario.
De la desquebrajada mueca del lector enamorado que refujia sus ilusiones en las rimas del desconocido vendedor de sueños.
Del sosegado aliento de una dama aguardando en el umbral de una ventana que da al vacio.
Hay de aquellas noches de pasion sublime, en las que las palabras brotan de la lluvia,del silencio de los labios , del corazon a media luz.
De la gracil compañia de los suspiros que se agolpan en cada letra y los sueños maltrechos que rehuyen galopando al compas de los minutos.
De la lejana discordancia y el vaiven de las luces bajo el manto oscuro.
De la existencia paradojica del serhumano y su hilarante pensamiento.