Necesito estar solo y escuchar mi voz como eco ,
Dormirme pensando sin pensar, necesito un cigarrillo eterno,
Es buen momento para apagarme entre tanta luz confusa.
Parecía el momento justo para hacerme religioso, que mí mirada ya ni habla,
La soledad es eso de la madrugada, del insomnio y de escribir en un escritorio
Tapado de cenizas.
Estoy vivo, pero, capaz muriendo
Y pudriéndome por dentro.
Una inacabable mirada reflejada a través del espejo, autodidacta,
Una versión falsa de mí mismo, siempre preguntándome lo mismo, esquivando las mismas cosas,
Y pensando lo poco cosa que se siente uno a veces en la infinidad de este universo.
De lo que no dudo, es de mi neurosis, tengo un dolor que dé a momentos me arrastra hasta el mismísimo infierno, esto de escribir a la madrugada me hace olvidarme de todo, si enloquezco y necesite internarme, por favor déjenme un bolígrafo a mano.
Por qué no podemos convertir el dolor en un ramo de flores
, la maldad en un cenicero y la muerte en una plegaria, el llanto
En canción, las ausencias por un poco de sexo…
De tu manera peculiar de atraerme, de tu maldita costumbre de existir.
Pero en fin no me importó más que irme
Y solo irme.
Lo que busco no está en un cuarto
De hotel, ni en un bar de poca monta, ni en una parada de colectivo
, lo busco no está en ningún margen, no tiene tilde, ni es descendiente italiano
, siento la necesidad urgente y descarada
De escribirlo todo