santos castro checa

LA PESADILLA

LA PESADILLA 

Con la fatiga asediando mi cabeza
desabotono esta sayuela, cien años de soberbia ostenta, 
cien años de abrupta soledad…
Hay cien pasadizos y una lúgubre mazmorra fría, 
vilipendian, torturan, asolan,
los agrios centinelas emergidos del silencio;
entre las sombras de mi ensueño
mis pálidas huellas se refractan
en las bifurcaciones de cósmicos mutantes, 
ignotos rostros tienen lumbre en su mirar;
así, en la inflexión de estos maquiavélicos
demonios, cuatro cirios brillan en la oscuridad de mi cerebro,
¡van iluminándome las células del entendimiento!
¡Van arrancándome las partículas del aburrimiento!
¡Van transformándome las imperfecciones oculares!
Y en esta abstracción puedo avizorar multitudes
que avanzan en simetrías misteriosas,
que brindan los tragos más amargos
de la insatisfacción,
y el polvo de su psicodélico pisar
es el resabio de anegadiza materia
que nos consume, que nos deprava…
Ya no sé ni quiénes son, ni el porqué de sus alquimias,
y hasta olvido que existo yo;
reclino mi cabeza en la rechinadora tarima
y reverbera un cosquilleo en mis aurículas;
luego se torna escandaloso bullicio
empotrándose la gresca por mis orejas,
llamese, ¡millones de negros piojos!
Me comentan que se han escapado de la gente
y de su desvaído resplandor,
que tienen prisa por llegar a mi cerebro
antes que a mis guantes o a la descalcetinada calzadura;
entonces, me levanto de mi letargo,
sacudo el polvo de mis circunferenciadas orejas,
recojo, de a puñados, los deshechos magros de mi vida
y, los atavío de grana en el sotabanco raído.
Los negros e infinitesimales visitantes
se han tornado, ¡increíblemente sensibles al sol!
Los revisto presto con mi sombra,
les doy esperanza y afecto,
y al instante no queda;
sino, el escozor en mi cabeza. 
  

   

   

Ahmed Krentel - 1987

 

Santos Castro Checa
Mallares – Perú
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