Hay agua, diminuta, en caudales de viento,
En caudales de carne, en caudales graves,
Graves e imprecisos, caudales que no van,
Que no vienen, que no marchan a ningún lado,
Y llegan a todas partes, como la ausencia de tus besos.
A veces pienso que soy agua y en mi espalda barcos,
Y sobre mi cabeza, craquean como madera consejera,
Son barcos de madera lenta, que anclan lo que siento,
Haciéndome una isla y un puerto de pura agua,
Agua inmensamente diminuta que sacia la sed,
La sed de los espacios diminutamente inmensos.
Hay agua, y cuando llueve las nubes piden permiso,
No es su agua mi agua, la mía se acuesta contigo,
La descendente solo recoge la basura natural,
Los vicios de la gente seca que se creen vivos.
Hay agua mujer, agua, y de ella nace toda la vida,
Y mi vida es tu amor, que es todo lo que soy,
Haciendo que inaplicable sea la ausencia de tus besos.
LRL
28-12-2013