La Fuente de la Vida
es bendición y alegría,
es esa energía tan sabia
que hace crecer una planta,
que se desarrolle un bebé
en las entrañas de su madre.
Sin esa Agua abundante
corriente de manantiales,
no existirían las flores
ni los ríos ni los mares.
No existiría la Creación
ni la luz del Sol
ni el día ni la noche
ni las estaciones.
La Fuente de la Vida
es amor y armonía,
es inteligencia infinita,
la Madre de la existencia.
Tan sólo con cerrar los ojos
y respirar la calma de los árboles,
fundirse en ese silencio
y sentir su movimiento.
Sólo hace falta conectarse
a esa Fuente inagotable
para sentirla florecer,
al fluir de la vida entregarse,
y nos da fuerzas para vencer.
Los obstáculos se convierten
en fuente de gran placer.