En el mundo, estando Heraclio
lo pequeño es lo más inmenso,
con esa mirada que a mi loco corazón sin razón,
logra siempre estremecer.
Existen los cuentos de hadas
donde las sirenas a la orilla del mar
nos embriagan con su bello cantar.
Cada despertar indica sonrisas tiernas
de Heraclio quien me hace
perder hasta mi propia voluntad.
Haber ganado mi boleto al paraíso
estando Heraclio en mi mundo,
porque en este mundo donde todo es terrenal,
existe mi paraíso en cada suspiro,
en cada caricia,
en cada beso que él tiernamente me sabe dar.
Así somos el mundo, Heraclio y yo...