En vuestros puños quiero ver rayos contrayéndose,
quiero ver la cólera tirándoos de las cejas,
la cólera me nubla todas las cosas dentro del corazón
sintiendo el martillazo del hambre en el ombligo,
viendo a mi hermana helarse mientras lava la ropa,
viendo a mi madre siempre en ayuno forzoso,
viéndoos en este estado capaz de impacientar
a los mismos corderos que jamás se impacientan (Miguel Hernández )
Podríamos trasladar estos versos de Miguel
a los tiempos que corren hoy en día,
hasta cuando podremos aguantar
tanta injusticia e hipocresía.
Como si de corderos se tratase
va el hombre en su agonía,
despertar toca ya de tanta ignominia...