RICARDO FELIPE
REGRESIONES
Extiéndete en el diván,
entrecierra los ojos,
en cada exhalación libera tensiones,
relájate progresivamente,
visualiza esa intensa luz blanca,
sentirás sueño,
paz,
estarás serena,
mientras te cuentan, del diez al uno.
Toma con calma tu ingreso a la otra dimensión del tiempo,
y comienza a recorrer las calles del estío con el pecho apretujado sin saber por qué,
si pones a prueba tus sentidos, encontrarás el verdadero amor fácilmente,
pues aún te esperan con la maleta intacta, cerca del ferrocarril fantasma,
sin entender cómo te fuiste, si era tan fuerte el sentimiento.
Luego inspira hondo,
si desnudas el alma descubrirás que el verdadero amor no muere,
insistirás en recordar todas las nostalgias
y unas cuantas noches con la vela apagada.
Sin farolitos,
sin chimenea,
pero con un montón de estrellas,
y la luz de sus ojos besándote en plena calma.
Al norte de tus mejillas aparecerá una lágrima.
recorriendo lentamente hasta caer en tu corazón.
tendrás que pensar si prefieres quedarte o regresar en silencio,
y te invadirá la tristeza cuando comiences a leer la carta que un día te escribió.
…No queda más por decir, sólo que, finalmente, tu alma despertó,
te incorporarás lentamente entre estirones y brazos abiertos,
mientras, de seguro pensarás que todo fue un sueño,
aunque tu corazón, no pensará lo mismo,
ni misma será tu vida, desde ahora en adelante;
entre tantas verdades ocultas, aquí se descubrió la más intensa,
que te hacia suspirar cada día, sin que tú recordaras cuál era la receta.
Ricardo Felipe
Un soñador sin mucha estirpe
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