Se adormece el día,
se le caen los ojos y una noche plena
comienza a girar
y es en torno a ella, que despliego alas
y el sueño bonito de verla llegar.
Fresca francesita,
delicada y tierna
suave como el aire
rica como el pan
de mis sueños nuevos habré de sacarte
para hacerte mía, para ser verdad.
Bella flor de mi alma
estuve rendido;
de un tiempo a esta parte
no quería más.
Pero fué tu aire,
tu aroma,
tu espalda
la voz en tus ojos,
tu paso al andar...
y mis pensamientos que te convirtieron
en esa esperanza que me hace buscar
Bella francesita,
te tengo en mi vida
parás mis tormentas,
mi fragilidad.
Y te pienso hermosa
cuando cae el día;
un beso brillante, mi oportunidad.