EDUARDO FAUCHEUX

SER UNO MISMO

SER UNO MISMO

 

No dejar de ser uno mismo...

¿Cómo no dejar de ser uno mismo?

¿Y cómo ser, realmente, uno mismo?

¿Es uno mismo, al borde de un abismo?

***

¿Cómo cambiar uno a lo largo de su vida,

todo, si cambian las condiciones conocidas?

Uno mismo es uno mismo en el punto de partida,

¿pero sigue siendo el mismo en el momento de salida?

 ***

Y así, en el romántico devaneo amoroso con el tiempo,

cuando florecen los minutos y las horas a destiempo,

pasamos días y años escondidos en un templo

intentando ser tomados como ejemplos.

 ***

Pero un día nos damos cuenta

que en una mente que parecía estar atenta,

no resulta fácil ser uno mismo si no está exenta

nuestra conciencia de estar sucia, fria o descontenta.

 ***

En ese día de despertares luminosos, frente a espejos reflexivos,

nos percatamos que lejos de ser nosotros mismos, éramos cautivos

de pasiones burdas, vicios sucios, egoismos parcos y sentimientos furtivos,

y nos damos cuenta que deseamos cumplir el sueño de ser mucho más introspectivos.

 ***

Y así grito a todos...

 ***

¡¡¡QUE EXTRAÑAMOS PADRES Y QUE EXTRAÑAMOS HIJOS!!!

¡¡¡Y QUE LLORAMOS POR AFECTOS QUE, AYER, NUNCA DIMOS!!!

Y RECORDAMOS PALABRAS DE CARIÑO... ¡¡¡LAS QUE NUNCA DIJIMOS!!!

Y BUSCAMOS, TACAÑOS, AQUELLOS SEGUNDOS... ¡¡¡ESOS... ESOS, QUE YA PERDIMOS!!!

 ***

Pero el Padre Tiempo, indiferente y ciego a nuestros recuerdos vanos,

continúa, sin pausas, su paso a través del Cosmos con su andar cansino,

mientras el Hombre Nuevo busca en su alma ansiosa -como un Ser Humano-

  desatar un nudo gordiano para lograr ser uno mismo, casi como un ser divino.

 ***

Y así, grito al cielo...

 ***

¡¡¡COMO QUIERO A TODOS, POR DIOS, COMO LOS QUIERO!!!

¡¡¡AHORA ME DOY CUENTA LO QUE ES SER UNO MISMO!!!

¡¡¡CUANDO SOLO TRES PALABRAS SALTAN ESE ABISMO

ENTRE UN SEGUNDO Y AQUELLA VIDA... QUE YO ESPERO!!!

 ***

Y GRITO A AQUEL DIOS QUE ALGUNOS ESPERAMOS,

SUFRIENDO TANTAS COSAS EN ESTE INJUSTO MUNDO,

CLAMANDO POR AQUEL SER QUE YACE MORIBUNDO

Y POR TENER EL HONOR, DE LLAMARNOS HUMANOS.

 ***

 

Eduardo Faucheux

03-01-2014