Y...se acabó el pintor,
hospital y cirujanos a la vista,
la cadera quebrada
del pintor que era artista.
Aquí estoy tirado
con los fierros en mi cuerpo,
si miro mi pasado
no quiero ver mis recuerdos.
LLegué de viaje a usar
cuatro pies para afirmarme
dos de fierro normal
y un par de hueso y carne.