Cacatalina cacaballo
Autor Pilar Escor
Estaba ella, catalina en cuatro patas simulando a su animal favorito. Su mama ya estaba cansada de repetirle que no era un caballo, pero como catalina era testaruda, seguía en cuatro patas arrastrándose por el piso ensuciando su hermosa ropa, que recién le habían cambiado. Era imposible que ella entendiera, desde pequeña le han gustado los caballos y lo que al principio fue una monada imitando a uno, ahora era casi un fastidio para su mama.
Han pasado los días y aun catalina no cambia su postura, pero llegando la noche algo raro sucedió. Primero a ella le dio mucho sueño antes de lo acostumbrado, lo que hizo que su madre la llevara mas temprano a la cama y sin problemas. Su mama se fue a costar y no vio a catalina hasta el otro día.
Llegada la mañana, catalina abrió sus ojos y sintió que le picaba una oreja, al rascarse se dio cuenta que tenia una pata peluda en vez de mano. Pensó que aun seguía soñando, luego quiso sentarse en su cama y no podía, siguió intentándolo cuando en eso sus sabanas resbalaron y se dio cuenta que tenía cuatro patas, y entremedio de ellas se asomaba una larga y peluda cola. Su corazón se agitaba al ver tal rareza,
un susto se apodero de ella, que luego exploto en un fuerte grito llamando a su mama.
- ¡ mamá, mama, mama!, ven ayúdame tengo miedo ─ al escuchar el despavorido grito, su mama fue corriendo a ver que pasaba y cual fue su sorpresa al ver a su hija convertida en un hermoso pony. Si un hermoso y pequeño pony.
Su mama no sabia que hacer y se puso a gritar llamando a papa de catalina. Papa llego y su asombro fue mayor que desmayo en el mismo instante. Todo estaba patas arriba, papa desmayado, catalina como pony y mama se tomaba la cabeza sin poder creer lo que veía. Una vez que ya pasaron algunos minutos, mama se tranquilizo, y pellizcándose se dio cuenta que no era un sueño. Luego papa despertó y al no saber que hacer solo abrazo a catalina para consolarla. ─ Ya, ya hija todo se arreglara, ya veras.
Algo se consoló catalina y al ver que ya era un completo pony quiso pararse para sentir sus patitas sobre el piso. Era increíble, podía mover su cola, limpiaba sus patitas con su lengua, y le pidió el desayuno a su mama, que después comió con su hocico como los caballos.
Mientras papa y mama pensaban como la cuidarían de aquí en adelante, primero que todo tenia que ir al jardín, y como dormiría en su camita de noche.
Ya terminado su desayuno, mama dijo que ya era hora de ir al jardín, y papa no quería pero catalina si. Y así fue como mama le preparo unas lechugas, unas zanahorias y un poco de espinaca de colación y un gran balde de agua.
Saliendo del departamento, para ir al jardín se encontraron con el conserje, lo que a el le pareció muy extraño tener un pony en un departamento, pensó y se dirigió a mama y le dijo ─ señora buenos días, disculpe pero están prohibido los animales aquí en este edificio─ si le dijo mama ya sabia, pero ella es mi hija. Señora, hoy no estoy para bromas, le repito que no se aceptan animales.─ ya el tono de amabilidad había desaparecido. La mama sin saber que hacer le dijo que lo solucionaría.
Y siguieron caminando hasta llegar al jardín, pero en cada cuadra tenían que detenerse por que los niños abrazaban a este pony lindo y pequeñito. Ya a esta altura catalina ya no tenía paciencia y sin pensarlo se lanzo a trotar arrancando de los niños dejando a su mama atrás. ─para hija, para, espérame por favor, hija espérame-, la mama al gritar así, la gente la miraba riéndose de ella y diciendo, que mujer mas loca.
Catalina llego casi exhausta a la puerta del jardín y mama detrás de ella. Luego entraron y en eso apareció su profesora deteniendo al pony, pero mama le conto que era catalina y que había sufrido una extraña transformación, ─ pobrecita, y tan linda que era ─ dijo la tía posando su mano en su cara, déjela aquí nosotras la veremos─ dijo la tía y tomando a catalina de su cuello la llevo al salón de clases. Mama se fue para su casa.
Llego catalina al salón y cuando entro todos los niños se abalanzaron sobre ella diciendo que lindo el pony, yo lo quiero montar, y la tía haciendo que
retrocedieran, les conto que era su compañerita. Y que no la debían lastimar, y mando a todos a sus puestos a sentarse, pero ¿Dónde sentaría a catalina?, le pregunto como quería estar, y catalina le dijo que se sentía cómoda parada. Y se quedo parada escuchando la clase.
Estaba muy atenta en la clase cuando vino un niño y le tiro su cola, pero por instinto catalina reacciono tirando una patada, dejando al niño estampado en la pared. La tía se asusto mucho y mando a llamar a mamá de catalina para que la fuese a buscar.
Mientras tanto su mama pensaba como la volvería a ingresar al departamento sin que el conserje la viera, cuando sonó el teléfono y era la tía, diciendo que catalina no podría asistir más al jardín por ser peligroso para los demás niños. Muy triste mama fue a buscarla. Llevo un disfraz de princesa, con un vestido de muchos vuelos y encajes, y una corona también repleta de encajes. Y fue a buscarla, pero antes de llegar al departamento la disfrazo, como pudo le puso su vestido de encajes, luego la corona y agachándose para poder mirar a los ojos a su hija le dijo ─ hija tienes que hacer lo posible de entrar con dos patas caminando, y tratar de agachar la cabeza para que solo se vea la corona, o de lo contrario no podrás entrar a casa─ catalina como pudo se levanto, y camino con dificultad, pero lo lograron, el conserje no sospecho nada.
Llegando la noche a catalina le dio mucho sueño, pero fue imposible que subiera a su cama, era muy alta. Entonces su mama le acomodo una cama en el suelo, para que descansara. Ya al otro día, las horas pasaban y catalina ya estaba aburrida de sentarse y pararse, el departamento era pequeño y no había espacio ni para galopear. Los papas estaban muy preocupados con esta situación, sabían que si su hija no volviera a la normalidad seria desastroso, y así fue, de rabia catalina empezó a relinchar y a dar patadas, y todo lo que estaba a su paso lo destrozaba.
Ya no tenían opción, debían dejar a catalina en un lugar donde se sintiera cómoda como un pony, tener espacio y mucho pasto para alimentarse. Cuando a mama se le ocurrió llevarla a casa de la abuelita de catalina, su nona. Y así la disfrazaron, la sacaron a escondida y la metieron al auto, para llevarla al sur donde vivía la nona.
Al llegar al sur, la nona no podía creer que a catalina le pasara tal desgracia y acepto quedarse con ella. La nona tenía mucho espacio y un pequeño campito, que si se podría galopar. Pasaron toda la tarde contemplando a catalina como galopaba, si parecía como esas películas donde los caballos galopan contra el viento, levantando sus pelos del lomo y su cola girando a los compas de los saltos. Era hermoso, pero sus papas tenían que volver a casa de santiago y tenían que despedirse de catalina. ─hija tenemos que irnos, te quedaras con tu nona, y cuando podamos te vendremos a ver─ le dijo su mama, pero ella no lo entendió y se puso a llorar desconsoladamente, no quería separarse de sus papas, y lloraba y gritaba diciendo,─ no me dejen, yo los quiero mucho , no pueden dejarme aquí, ya no quiero ser un caballo, quiero ser una niña, quiero volver a casa, quiero volver al jardín, díganme que puedo hacer─ a papa le corrían las lagrimas y su mama no paraba de llorar, y así estaban todos llorando como si fuera un funeral. De pronto de tanto llanto catalina empezó a notar que sus patas desaparecían para transformarse en manos y pies y su hocico se achicaba igual que sus orejas, ya pelos no tenia y asombrada dijo ─ mírenme estoy volviendo a ser niña ─ y su papá y mamá la abrazaron y se dieron cuenta que en realidad ya catalina era una niña nuevamente.
Estaban todos contentos así que mama le puso el vestido de princesa y su corona, nunca se había visto tan bonita y se fueron a su casa de Santiago, pensando que todo solo fue una pesadilla.