No me queda sino la soledad
para apretarla entre mis brazos
me queda esta llaga de existir
de intentar ver lo bello de los atardeceres
los ocasos rojos en el fondo azul
de un cielo que se repite.
Mientras el mundo se debate
entre la vida y la muerte,
entre la voluntad de los señores
de la guerra y de la muerte.
Me queda una balsa
a pesar de mi naufragio
es una mujer que me ama
el milagro del deseo, el amor.
Y termina un ciclo y empieza otro
abrazo a mi soledad
le doy nombre y ella me abraza
la melancolía se transforma
en una canción lúgubre
es mi triste manera de ser feliz
porque comparto el dolor
de los desolados y la esperanza
de los cuerdos
que viajamos hacia la locura.