Juan de Marsilio

Alegría y perder la cabeza *

Es hombre de Dios quien pide sol moderado,
el pan nuestro y un poco de manteca,
buena digestión
y alegría
pero sin ignorar
que todos tenemos
nuestros Getsemaní,
nuestros calvarios.

- Díganle al Rey que lo perdono,
quiero servirlo bien,
pero más a Dios.

Y aparta, sereno, la barba
para apoyar mejor el cuello
de modo que el verdugo pueda decapitarlo
sin esfuerzo excesivo.

* a Santo Tomás Moro