Es extraño, no sé escucha la contaminación acústica cerca, es como sí hubieran fantasmas cerca o zombies, en la calle habían zombies trepando de los árboles, y otros caminaban balanceándose como sí el pavimento estuviera quebrado..., -botellas quebradas- pequeños sismos habitan en los pies de esos, y otros untando sus dedos en el aire, esperando que se detuvieran los caballos de fuerza, mientras corrían como desaforados en el desnutrido asfalto..., (Las calles están atestadas de automóviles), mientras la esencia carbónica de cigarrillos artesanales inundaban el camino de ilusión de entre el paso raudo de una noche masticada por la huida..., el aire era frío, tibio, cálido, el aire era libre pero ahogada entre el aroma a pasto, -quizás no pasto- otra materia verde, pedazos secos y húmedos, quizás no tanto, y llovían luces que no vi, y llovían personas que se alejaban de entre el horizonte cohibido por la noche..., y llovían alarmas que rechinaban una estridente sonajera de episodios fortuitos que mendigaban en los ojos de quien camina por la espalda de la noche. La noche era tranquila y lo es, se respira el aroma a paz, -como la pipa de la paz- se respira la esencia de la tranquilidad, se respira la respiración ausente, pero se respira, yo respiro aún, y empecé respirando, quizás los automóviles caían de la autopista, y los puentes corrían a gran velocidad sobre la pasarela de pies tatuados en el cemento..., eran raudos momentos, rancios momentos, elocuentes momentos, lo eran aunque mi sangre emite un sano líquido vinagroso, lo es..., un momento casual en un episodio causal, frente a las consecuencias de un primero de algo, un segundo de algo, unas horas de algo, un momento de algo, y los zapatos atropellados por el tiempo -el vil tiempo- que no sé quiere robar mis pestañas, y aún yacen pegadas en la terrorífica expresión del insomnio...
Es año nuevo, el insomnio es una ilusión de despedir \"algo\" licor, risas, personas dobladas en las trincheras de abrazos. La paz mendiga en los corazones metálicos y mentalicos, el fiel aroma de la carne, el carbón en vergüenza, tan rojo que el ocaso se siente nervioso, y se dobla hasta convertir todo en luto -y es de noche- bla bla bla bluaaa, bocas hablan, callan, un silbido lento y un aullido de perro, la música a los lejos se calla a ecos, -mi oído es sensible- sí tan sólo lo fuera para la música, hoy se cubre el aire de insomnio, el primer día de otros recuerdos- y la música a los lejos se calla a ecos, un aullido íntimo y pasajero, en la expresión del insomnio, quizás eterno...
... quizás mañana despierte
con una expresión maquillada en la almohada,
la saliva puntiaguda en los labios
y un eco que nace tan cerca de mi pecho,
nacerá el día, diferente a otros días,
nacerá en mis ojos, en el reflejo del sol
marchito en cenizas,
nacerá,
mi cabeza no sé dará golpes en la muralla
como una jaqueca pasajera
-ya que no he tomado ni una gota de licor-
mis riñones aplauden la iniciativa predicha por el destino,
la realidad quería ser imaginación,
elefantes asustando a las ratas
en las cloacas de la sociedad en fiesta
quesos entre las filas de las luces del cielo
y la densa esencia de los ruidos que se duermen con el insomnio,
¡Y aún sigo aquí despierto!
cortando pétalos de una luna sin pestañas y desaparecida-
... Alguien ya la ha cortado de la hierba...
Alguien en el 2013 ha cortado la luna del cielo quebrado y húmedo-