Un año se aleja, como otros muchos.
El tiempo corre ligeramente en el espacio sin que ninguna barrera sea capaz de detenerlo. Muchas mentes no logran distinguir la efímera distancia, entre lo que separa un año viejo, de un año nuevo.
Efímeras e ilusorias connotaciones de apreciaciones, supuestamente el tiempo se renueva cada vez que en nuestras mentes logramos encasillarlo, con la idea de que, al ponerle un numero diferente ya lo hacemos nuevo.
Pero el tiempo continua avanzando velozmente con una simple encomienda. Envejecer, deteriorar, todo a su paso. Un día sin darnos cuenta veremos nuestros rostros marchitos, nuestra piel arrugada Y espíritu aun con todo el deseo de seguir aun caminando, hasta entonces y solo hasta entonces conocerán algunos que el tiempo nos ha secuestrado en sus ilusorias renovaciones, años tras año, sin una posible escapatoria,
Más que el deseo de eternidad que yace en el espíritu así que no despidas del año viejo porque el tiempo , sigue corriendo